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¿Qué Es El Evangelio?

 

EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica

Libro completo en formato PDF

 

correo electrónico del autor, Duncan Heaster

 

Contenido
Prólogo (porTed Russell)
Introducción
Capítulo 1 - La Historia de una Idea
1-1 Una Historia del Diablo y Satanás en Tiempos del Antiguo Testamento
Digresión 1 - Deconstrucción
1-1-1 Israel en el Exilio: La Influencia Babilonia / Persa
1-1-2 La Influencia Griega
1-2    El Diablo en el Nuevo Testamento
1-2-1 Satanás en el Pensamiento de Justino Mártir
1-2-2 Satanás en el Pensamiento de Ireneo y Tertuliano
1-2-3 Satanás en el Pensamiento de Clemente y Orígenes
1-2-4 Satanás en el Pensamiento de Lactancio y Atanasio
1-2-5 Satanás en el Pensamiento de Agustín
1-3    Satanás en la Edad Media
1-4    Satanás Desde la Reforma en Adelante
1-4-1 Satanás en el Paraíso Perdido
1-5    Los Objetores
1-6    El Diablo y Satanás en el Pensamiento Reciente

Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia
2-1 Ángeles
Digresión 2 - Judas y el Libro de Enoc
2-2 El Origen del Pecado y del Mal
Digresión 3 Romanos y la Sabiduría de Salomón
Digresión 4 La Intención y Contexto de Génesis
2-3 Satanás y el Diablo
2-4 El Satanás Judaico
2-5 El Infierno
Digresión 5 Cristo y los "Espíritus Encarcelados"

Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas

3-1 Algunas Implicaciones Prácticas
3-1-1 "Ser de mente espiritual"
3-2 Las Preguntas Difíciles

Capítulo 4 - Demonios
4-1 El Diablo, Satanás y los Demonios
4-2 Los demonios y los Ídolos
4-2-1 La Teología Cananea Hecha añicos
4-2-2 Caso de Estudio: Resef
4-2-3 Caso de Estudio: Los Dioses de Egipto
Digresión 6 - "También los demonios creen y tiemblan" (Santiago 2:19)
4-3 Los Demonios y las Enfermedades
4-3-1 Legión y los Gadarenos
4-3-2 Exorcismo de Demonios
4-4 El Lenguaje de la Época
4-5 Dios Adopta una Perspectiva Humana
Digresión 7 - El Estilo de Enseñanza de Jesús
4-6 ¿Por qué Jesús no Corrigió a la Gente?
4-7 La Psicología de la Creencia en Demonios

Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás
5-1 Prólogo: Pasajes de la Biblia Malentendidos
5-2 La Serpiente en Edén - Génesis 3:4-5
5-3 Los Hijos de Dios y las Hijas de los Hombres - Génesis 6:2-4
5-4 El Satanás de Job - Job 1:6
5-4-1 El Satanás de Job: ¿Un Correligionario?

5-4-2 El Satanás de Job: ¿Un Ángel Satánico?
5-4-3 Deconstrucción  del Mito Satánico en Job
5-5    Lucifer, Rey de Babilonia - Isaías 14:12-14
5-6    El Querubín Grande - Ezequiel 28:13-15
5-7    Zacarías 3
5-8   La Tentación de Jesús - Mateo 4:1-11

5-8-1 Jesús en el Desierto: Un Estudio del Lenguaje y de la Naturaleza de la Tentación
5-8-2 Las Tentaciones en el Desierto: Una Ventana a la Mente de Jesús
5-9    Los Espíritus Inmundos - Mateo 12:43-45
5-10  El Diablo y sus Ángeles - Mateo 25:41
5-11  El Diablo Quita la Palabra - Marcos 4:15
5-12  Satanás Como un Rayo - Lucas 10:18
5-13  Satanás Entró en Judas - Lucas 22:3
5-14  Pedro y Satanás - Lucas 22:31
5-15  Vuestro Padre el Diablo - Juan 8:44
5-16  Oprimidos por el Diablo - Hechos 13:10
5-17  Hijo del Diablo - Hechos 13:10
5-18  El Poder de Satanás - Hechos 26:18
5-19  Entregado a Satanás - 1 Corintios 5:5
5-20  El Dios de Este Mundo - 2 Corintios 4:4
"El Príncipe de Este Mundo" - (Juan 12:31; 14:30; 16:11)

5-21  Un Ángel de Luz - 2 Corintios 11:13-15
5-22  El Mensajero de Satanás - 2 Corintios 12:7
5-23  El Príncipe del Aire - Efesios 2:1-3
5-24  Dando Lugar al Diablo - Efesios 4:26-27
5-25  Las Asechanzas del Diablo - Efesios 6:11
5-26  El Lazo del Diablo - 1 Timoteo 3:6-7; 2 Timoteo 2:26
5-27  Se han Apartado en pos de Satanás - 1 Timoteo 5:14-15
5-28  Resistid al Diablo - Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8
5-29  Prisiones de Oscuridad - 2 Pedro 2:4; Judas 6
5-30  El Cuerpo de Moisés - Judas 9
5-31  La Sinagoga de Satanás - Apocalipsis 2:9-10, 13, 24
5-32  Miguel y el Gran Dragón - Apocalipsis 12:7-9
5-33 El Diablo y Satanás Atados - Apocalipsis 20:2, 7, 10
Digresión 8: "El Hombre de Pecado"
La Bestia y el Hombre de Pecado
El Anticristo en Daniel

Capítulo 6 - Algunas Conclusiones
6-1  Algunas Conclusiones
Digresión 9 - El Sufrimiento (Bev Russell)

Capítulo 6

 

ALGUNAS CONCLUSIONES

 

6-1 El Verdadero Diablo: Algunas Conclusiones

 

Una Red de la Verdad Bíblica

 

Un entendimiento verdadero tiende a llevar a otro, tal como un entendimiento erróneo conduce a otra interpretación falsa. Steven Snobelen, erudito en Newton, concluye que el rechazo de Isaac Newton a la Trinidad y su firme creencia en un solo Dios lo condujo, a su vez, a rechazar la idea de un Diablo personal. He escrito en otro lugar sobre el error de la Trinidad, en especial en El Verdadero Cristo. Ambas herejías, la de las supuestas tres "personas" en la Trinidad y el de un Satanás personal, giran en torno a un rechazo a aceptar la clara enseñanza bíblica de que toda existencia es corporal. Ninguna otra forma de existencia se conoce en la Biblia. Si Dios es verdaderamente el único Dios, la única fuente de poder, entonces simplemente no hay cabida para el Diablo, al menos no de la manera en que comúnmente se entiende. Pero más allá de esto, nuestro punto de vista sobre el Diablo afecta nuestra idea acerca de Dios en un sentido práctico. La suposición de que Dios no permitirá que  sufran los inocentes ha conducido a la necesidad de crear la idea de un Diablo personal a fin de justificar las horribles situaciones de sufrimiento e injusticia que vemos a nuestro alrededor. Pero, aunque las entendamos, o tratemos de entenderlas, el hecho es que el Dios de la Biblia efectivamente permite que sufran los inocentes; quizás el más claro ejemplo sean los extraordinarios sufrimientos mentales y físicos de su amado Hijo. Como las hormigas son para el hombre, así somos nosotros para Dios. Nunca podemos esperar entender exactamente por qué él permite que el pecado y el mal estén como están. Pero creemos que finalmente de algún modo, en algún momento, al regreso de Jesucristo a la tierra, su reino triunfará. Entonces finalmente entenderemos, sólo entonces uniremos los puntos y veremos el cuadro completo, en  toda la dimensión de su belleza; y eso es para mí una de las alegrías del reino que más anhelo. En cuanto a mí, las buenas nuevas de Dios, de su Hijo y su reino, recorren como una hebra por toda la Biblia; cada  verdad encaja con las otras.

 

Esta red de la verdad bíblica lamentablemente tiene su opuesto; una red de entendimiento falso.  Mientras más profundamente se avance en eso, surgen más  contradicciones y preguntas que no se han respondido seriamente, lo que a su vez conduce a la desesperación y frustración que tantos experimentan cuando piensan profundamente en el problema del pecado y del mal. Aquí señalamos algunas de ellas.

 

-- Nuestras pruebas y problemas son designadas por Dios para que resulten en nuestro desarrollo espiritual. Pero si supuestamente las trae el Diablo, ¿cómo puede él estar al mismo tiempo intentando detener nuestro crecimiento espiritual y poner obstáculos a nuestra salvación?

 

-- Asimismo, se supone que el Diablo ocasionó la muerte de Jesús, y algunos de los "padres" de la iglesia primitiva afirmaron que la sangre de Cristo tenía que ser pagada al Diablo como una especie de rescate por las almas (aunque la Biblia no dice absolutamente nada de eso). Pero muy claramente, la muerte de Jesús es la fuente de nuestra salvación y perdón; en verdad, fue por medio de su muerte en la cruz que  fue destruido el Diablo (Hebreos 2:14). Así que, ¿cómo podría el Diablo haber ocasionado la muerte de Jesús, si esto era exactamente lo que se requería para la salvación humana? Además, la muerte de Jesús era parte del plan de Dios desde el principio, simbolizado en el Edén al matar animales para proveer una cobertura para Adán y Eva (compare con Apocalipsis 13:8). La muerte de Jesús fue por "el determinado consejo... de Dios" (Hechos 2:23; Hebreos 10:9; Gálatas 1:4). Así que, ¿hace el Diablo la voluntad de Dios, o no? La respuesta clásica es no, que el Diablo trabaja en contra de la voluntad de Dios. Y sin embargo, ¿por qué entonces se afirma que el Diablo ocasionó la muerte de Jesús y exigió su sangre? Porque la muerte de Cristo fue en realidad la cumbre misma de la voluntad y propósito de Dios.  

 

-- El concepto de que el Diablo requiere un rescate, a saber, la sangre de Cristo, surgió de la idea de que el rescate no podía ser la vida de un simple hombre, sino que de algún modo tenía que ser la vida de Dios. De ahí se alentó la idea trágicamente errónea de que Jesús es Dios. Esta idea fue promovida por Basilio y Gregorio de Nisa. Agustín tuvo que hacer frente al "difícil tema" en cuanto a exactamente por qué Satanás odia a Cristo; diciendo que esto era "inevitable" porque Jesús era Dios. No veo ninguna razón lógica de por qué esto era "inevitable"; en lo que a mí concierne, esto refleja cómo un concepto erróneo [por ej., que Jesús es Dios mismo] conduce a otro [es decir, que por lo tanto, Satanás odia a Jesús].

 

-- La idea [promovida por Clemente y Orígenes, desarrollada por Milton en Paraíso Perdido] de que Jesús y Lucifer eran de algún modo hermanos, parte de un cosmos dualista en el principio, dividido entre el bien y el mal, requería que Jesús hubiera pre-existido personalmente; una idea sin respaldo bíblico. Debe notarse que el mito dualista pérsico de que había un dios del bien equilibrado por un dios maligno también declaraba que los dos dioses eran originalmente hermanos mellizos; y esto influyó claramente en la forma de pensar de los "padres" sobre este punto.

 

--Debe notarse que muchos de los mitos paganos sobre dioses en conflicto tienen un héroe, el cual era un dios, combatiendo contra un adversario que también era dios, y victorioso. El hecho de que el cristianismo oficial llegara a ser influenciado por esta forma de pensar estableció una tendencia a pensar que el héroe, Jesús, también era Dios y, por lo tanto, pre-existió personalmente en el principio del tiempo, cuando supuestamente ocurrió el conflicto. Varias veces en este estudio hemos tenido que comentar que el desarrollo de la idea extra-bíblica acerca de la Trinidad recibió influencias, y a su vez influyó en el desarrollo de la idea extra-bíblica de una figura de Satanás sobrehumano. Un ejemplo clásico de la conexión entre estas dos falsas doctrinas sería la forma en que el Infierno de Dante presenta a un Satanás con tres caras, como una parodia de la Trinidad.

 

--Plutarco, un escritor del primer siglo, define la idea de que los demonios que prevalecían en el mundo mediterráneo del primer siglo son intermediarios entre dioses y la humanidad, los cuales hablan por medio de los oráculos y profecías de sus representantes sacerdotales en la tierra. Él dice que los demonios son una forma de "almas inmortales" humanas (1). El esquizofrénico de Gadara "tenía su morada en los sepulcros"; presumiblemente debido a su convicción de que él estaba en realidad encarnando a una persona muerta. Cuando Jesús lo sanó, él cesó de deambular por esas tumbas. La doctrina de demonios y la de almas inmortales se mantienen unidas; y las "almas inmortales" definitivamente no son parte de la revelación bíblica. Si leemos las referencias que hay en el Nuevo Testamento a la idea circundante acerca de los "demonios" y concluimos, por lo tanto, que esas ideas religiosas circundantes son correctas y que existen los demonios, estamos respaldando la creencia en almas inmortales. Josefo presenta la misma conexión entre la creencia del primer siglo en demonios y en las almas inmortales en Las Guerras de los Judíos 1.47, 82, 84; 6:47. P. G. Bolt determina la conexión entre las creencias judías en fantasmas y los demonios (2). Significativamente, en las dos ocasiones en que los discípulos retrocedieron a sus antiguas creencias y pensaron que Jesús era un fantasma, sus propias transcripciones de los incidentes prueban lo equivocados que estaban; la existencia se expresa de manera corporal y tangible, y no en forma de espíritus desincorporados (Marcos 6:49; Lucas 24:39).

 

-- Los entendimientos falsos acerca de Satanás están conectados con ideas erróneas acerca del infierno. Si los inicuos han de ser atormentados en el infierno, entonces, ¿quién los atormenta? De  modo que se tuvo que crear la idea del Diablo y los demonios con  horquetas, tridentes, etc. Sin embargo, el entendimiento bíblico acerca del infierno es que simplemente es el sepulcro; y el  castigo de los inicuos es la  "segunda muerte" (Apocalipsis 2:11); y la  muerte bíblica es sin lugar a dudas un estado de inconsciencia. Orígenes especialmente fue dando tumbos de error en error referente al infierno. Debido a que él creía en la falsa doctrina de una alma inmortal, razonó que si Satanás lograba obtener literalmente castigo eterno para los pecadores, entonces Satanás finalmente habría ganado. Sobre esta base misma él, por lo tanto, argumentó que finalmente Satanás sería redimido, y de este modo tendría que haber salvación universal para todos. Pero la Biblia no enseña esto en ninguna parte; hay un sentido muy real del futuro eterno que podríamos perder por causa del pecado.

 

-- Justino empleó equivocadamente la referencia de Génesis 6 sobre los hijos de Dios que se casaron con las hijas de los hombres, a fin de dar a entender que los ángeles pecaron y dejaron el cielo, y que la progenie de estas uniones eran demonios, y que éstos eran los dioses y gobernantes del Imperio Romano (3). Como alguien dijo una vez: "La verdad es política". Los "padres" emplearon equivocadamente los versículos bíblicos para demonizar a sus enemigos. Tan sólo unos pocos siglos antes, el Libro de los Guardianes, libro judío, había afirmado que la progenie de los "hijos de Dios" que se mencionan en Génesis 6 eran los "sacerdotes  malignos". Se pensaba que los "sacerdotes malignos" del santuario terrenal reflejaban a los supuestamente "ángeles malignos" del santuario celestial. Pero este error iba más allá de una conveniente demonización de los enemigos; entonces, Agustín concluyó que en vista de que ahora había un "intervalo" en las filas celestiales, éste debía llenarse con los justos que van al cielo a ocupar los lugares que dejaron los supuestos "ángeles caídos" (4). Sin embargo, la Biblia no dice nada de almas inmortales que van al cielo por su galardón al morir; en cambio, enseña claramente que la muerte es un estado de inconsciencia, y el galardón de los justos es un lugar en el reino de Dios cuando se establezca plenamente en la tierra al regreso del Señor Jesucristo. De este modo, el error de que los "ángeles caídos" salieron del cielo condujo a la idea de que los cristianos "van al cielo" a ocupar el lugar de ellos.     

 

-- Quizás lo peor de todo es que la idea de que hay un universo dualista [un Dios bueno y uno malo] ha quedado tan arraigada en la mente de algunos que quitar la existencia del Diablo es decir que Dios no existe. John Wesley escribió la famosa frase: "No hay Diablo, no hay Dios". Seguramente por esto tantos cristianos convencionales hoy día son tan insistentes en que la aceptación de la existencia de un Satanás personal es absolutamente vital para el evangelio, y para ellos es casi un requisito para la salvación. Decir que el dios malo no existe es, para ellos, implicar que el verdadero Dios tampoco existe. Es como en la Edad Media de  nuevo; cualquiera que negaba la existencia de Satanás era expulsado como un ateo. Así de fuerte es la red dentro y entre las falsas interpretaciones de la Biblia. En 1691 Balthasar Bekker publicó un libro, The World Bewitched [El Mundo Embrujado], en el cual negó la existencia de un Satanás personal y criticó la idea de que las personas sean "poseídas" por el Diablo; y fue rápidamente juzgado por blasfemia y por "propagar ideas ateas respecto a la Escritura" (5). Dios es definitivamente un Dios bueno, que intenta hacernos bien en  nuestra vida; y su Omnipotencia y supremacía anula la seria existencia de cualquier "dios" cósmico en oposición a él. Eso no es ateísmo; eso es, si Ud. quiere, deísmo como debiera ser.

 

Factores Psicológicos

 

Supongo que todos tenemos una percepción profundamente arraigada dentro de nosotros respecto a lo defectuoso que es nuestro  mundo. Subconscientemente quizás, anhelamos un mundo mejor, una vida más libre, destrabados de todo lo que ahora nos frena. Nuestra visión y esperanza en el futuro se relaciona con nuestra percepción de la naturaleza de la falla de este presente mundo. Si estamos convencidos de que el verdadero problema es la existencia de un Satanás cósmico, entonces nuestra esperanza aguarda el día en que Satanás esté  muerto. Si estamos convencidos de que el verdadero problema es el pecado humano [incluidos los nuestros], y la muerte que viene por causa de esto, entonces nuestra esperanza es por un mundo en que no haya más pecado y muerte, donde seamos sin pecado, donde los efectos del pecado ya no existan... y esta esperanza no es un sueño imposible, porque es exactamente congruente con el evangelio bíblico que anuncia la venida literal del reino de Dios a esta tierra. La apóstata obra judía, El Libro de los Jubileos 19:28 es un ejemplo de esta diferencia de perspectiva. El Libro de los Jubileos en  este pasaje intenta re-escribir el relato bíblico sobre las promesas que se dieron a Isaac y a Jacob, las cuales implicaban una herencia física y literal de una tierra purificada y sin pecados. Pero Jubileos tergiversa ese relato bíblico sobre las promesas del reino de Dios en la tierra, transformándolas en una promesa de que seremos libres de Satanás: "Los espíritus del Mastema no prevalecerán sobre ti o sobre tu simiente para apartarte del Señor".

 

Los psicólogos sugieren que hay algo dentro de la psiquis humana que necesita temer, que quiere temer. Tan sólo vea el enorme éxito de los relatos, películas e imágenes de terror , las novelas de Stephen King, y la forma en que los medios de comunicación se dan cuenta que su audiencia global recibe con gusto el temor y el sensacionalismo del terror. Un hilo común en todos los precursores paganos de la idea del "Satanás" personal es que los conceptos paganos involucraron a sus generaciones en el temor y el terror. El verdadero cristianismo aspira a "echar fuera" semejante temor dando a conocer el amor de Dios definitivo (Juan 4:18). Tantos sistemas de control se han aprovechado del temor por el Diablo para hacer que los hijos se sometan a la obediencia, que los rebaños sean sumisos a los pastores, etc. Ya es hora de que nos demos cuenta que no es así como actúa el verdadero Dios: "En el amor no hay temor" (1 Juan 4:18), y de esto es precisamente de lo que el verdadero entendimiento de la cruz de Cristo nos salva. Dios no es un manipulador psicológico, y no nos coacciona para que nos sometamos por medio del temor. Sin embargo, se podría decir que la humanidad es crecientemente adicta al temor. La gente puede burlarse de que no le teme al monstruo del Lago Ness, a los hombres lobos, a los divertidos sonidos de la noche... pero siguen teniendo, en gran medida, temor a un Diablo personal. Hay algo en nosotros que quiere temer a algo, que le encanta la idea popular acerca de un Satanás personal. Es por eso que es difícil cambiar esto mentalmente. Pero es de esperar que estos estudios le hayan ayudado en esa dirección. A medida que la tragedia de la humanidad del siglo 21 se da a  conocer aún más, es tiempo mas que oportuno para una radicalmente nueva forma de pensar acerca de Satanás, y acerca de nosotros mismos.

 

Hay un tremendo deseo psicológico de creer en la figura de un Satanás personal. Siempre queremos exteriorizar el mal, proyectar nuestro propio pecado y disfunciones internas sobre alguien o algo. Los psicólogos han observado que tantas historias de la vida presentan alguna clase de figura de "adversario", un justo castigo, un archienemigo. Al menos, semejante figura cobra mucha importancia en la auto-percepción de la gente cuando se les pide que hagan un recuento de la historia de su vida. Tal vez un hostigador en la escuela, un jefe en el trabajo, un vecino, un socio, un régimen bajo el cual vivíamos, un grupo étnico... usualmente, alguien, en algún lugar, se percibe como su gran enemigo. Este justo castigo tiene que ver con lo que la persona bajo estudio describiría como batallas con ellos. Y se percibe que esas batallas con frecuencia las pierden, y que el enemigo las ganó. A menudo esos archienemigos no son nada de eso, y las batallas no son más que trivialidades pasajeras de la vida; pero la persona ha descargado sus debilidades, temores, su "indeseado yo" sobre esta otra persona o sistema, de este modo demonizándolos, dándoles un mayor perfil de vida dentro de su propia mente y auto-percepción. Así que no es sorprendente que la gente tan a  menudo haya decidido que efectivamente  hay un Satanás personal "allá afuera", en algún lugar, de algún modo. La gente casi "necesita" esta figura; hasta que enfrenten el hecho que ellos están  transfiriendo su propio "satanás", sus temores, dudas e incapacidades internas sobre algo o alguien externo. En vez de enfrentar esos problemas internos y percibirlos a ellos como el verdadero Satanás.

 

La Cambiante Escena

 

 El Barna Group, una firma de investigación, encontró lo siguiente en un estudio de cristianos norteamericanos en el 2006 [publicado en www.barna.org]:

 

* 55 por ciento consideran a Satanás más bien como un símbolo del mal que una entidad real. 

 

* 45 por ciento de cristianos renacidos no creen que Satanás sea real.

 

* 68 por ciento de católicos piensan en Satanás sólo como un símbolo y niegan que la palabra se refiera a un ser personal. Debe notarse que la última edición de la Catholic Encyclopaedia evita considerar al Diablo como una "realidad externa", y más bien se refieren a ello como un "símbolo de fuerzas psicológicas".

 

En 1997, la 114 Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana en los Estados Unidos dirigió el Consejo sobre Teología y Cultura para estudiar "el problema de un Diablo personal y los demonios", e informar de los resultados de dicho estudio. Sus conclusiones fueron que la Biblia misma no puede apoyar la idea de un Satanás personal, aunque algunos cristianos pueden encontrar esa idea útil debido a su cosmovisión. En nuestro contexto, el siguiente comentario de su informe en línea es interesante: "Los teólogos cristianos siempre han estado desconcertados por la  contradicción entre la  aseveración, por un lado, de que todo [todo ser] que tiene existencia y realidad  la recibe de parte de Dios, y la aseveración, por otro lado, de que el Diablo 'es' o 'existe'. ¿Cómo podemos reconocer a un Dios bueno que es la fuente de todo ser, y al mismo tiempo hablar del ser del mal o de seres malignos?". Esto es exactamente la clase de dificultad en la idea común acerca de Satanás que hemos destacado en este estudio. Parece que algunos han empezado a enfrentar las dificultades.   

 

Este panorama general está  confirmado de  manera independiente por otra investigación (6). Y sin embargo, los líderes de iglesias están llenos de palabrería acerca de un Satanás personal, usándolo  como una amenaza para  conseguir que la gente pague diezmos, vaya a la iglesia, etc. Pero ellos no están en  consonancia con lo que la gente está pensando realmente. Ya que la aceptación del "Diablo" bíblico es cada  vez más evidente en la sociedad  cristiana, yo no tomo estas cifras como necesariamente buenas noticias. Lo que veo es que la gente se ha dado cuenta de lo absurdo de creer en un Satanás personal. Pero ellos no lo reemplazaron necesariamente por algo mejor; mucho menos captaron el enorme desafío que hay para darnos cuenta de que nuestra propia mente es verdaderamente nuestro mayor adversario, nuestro Satanás, y que hemos de batallar  contra él a cada  momento con el Espíritu de Dios.

 

Aunque la creencia en el Diablo y en los demonios  como seres literales está declinando, yo no puedo dejar de recalcar con suficiente energía de que esto no significa que la gente entiende la Verdad de estas materias. La mitología básica sigue viviendo bajo nuevo ropaje. Nuestra cultura moderna, con su predilección por la ciencia, ha reemplazado a los ángeles pecadores y a los demonios por extraterrestres que vienen a la tierra en platillos voladores y violan a las mujeres. Semejante "ciencia-ficción" se ha afianzado firmemente dentro de la sociedad y la cultura. Y nunca antes hemos visto tanta demonización de otros como "el enemigo", en  vez de aceptar que el enemigo esencial es nuestro propio pecado humano. Los musulmanes son demonizados por los cristianos tal como lo fueron en la época de las cruzadas, así como los rusos, los comunistas, los negros, los no-Trinitarios, los divorciados, los que mascan chicles en la iglesia, etc., todos éstos fueron demonizados en diferentes épocas por los cristianos del siglo 20. Parece que siempre estamos en busca de una fresca forma de definir externamente "al enemigo", "Satanás, y sin embargo siempre estamos pasando por alto el problema crucial e intrínseco: el pecado humano y el autoengaño. 

 

Hemos hablado de la enorme influencia del dualismo, la idea de que hay un  dios del bien y un dios del mal. Si hay un Dios, debe haber un Diablo; si hay ángeles, debe haber demonios; si hay cielo, debe haber infierno. Y hemos intentado mostrar que el dualismo no es en absoluto lo que enseña la Biblia; de hecho, es todo lo contrario. Una grata tendencia de las últimas décadas pasadas ha sido el ahora difundido reconocimiento entre muchos cristianos de que el "infierno" se refiere simplemente al sepulcro; y que el galardón y la esperanza de los justos es el eterno reino de Dios en la tierra, y que no van al cielo cuando mueren. A mí me parece que el rechazo del dualismo cielo / infierno debe entenderse de  manera más amplia para incluir el rechazo a la idea de un Satanás personal y mostrar que Dios es "todo en todos" en  nuestro entendimiento. El dualismo es muy atractivo para nuestra mente humana superficial; se presta para categorizar la vida y la sociedad de una manera binaria simplista en nosotros y ellos, cowboy e indios, héroe y  villano, amigo y enemigo... mientras que todo el tiempo estamos olvidando el punto cristiano esencial de que la lucha final está dentro de la mente humana, y que Dios es todopoderoso y está al control. Como dice Ben Withering: "El emperador y su corte gobiernan por permiso y empoderamiento de Dios. El emperador mismo no es Dios. Incluso el Diablo es el Diablo de Dios..." (7). De hecho, casi cada estudiante serio del que he leído, que se ha abocado específicamente al tema de Satanás, ha llegado a conclusiones similares a lo que hemos bosquejado aquí. A veces podemos necesitar ponernos  de espalda al  mundo en algún asunto, dejando que Dios sea veraz y que todo hombre sea  mentiroso; y eso es lo correcto. Pero seguramente es un consuelo saber que muchas otras mentes reflexivas y estudiosas han llegado a la misma conclusión que nosotros tenemos.

 

Un Llamado Final

 

A menudo he hablado en este libro de la necesidad de luchar contra el pecado que está dentro de nosotros, aprender el autocontrol, darnos cuenta de que nuestro mayor Satanás / adversario personal es nuestra propia humanidad y tendencia pecadora. Y ciertamente de esta manera concluyo este libro. Pero necesito hacer resonar una advertencia aquí. Yo creo que le habría fallado a mis lectores si los dejo con una invitación a simplemente reprimir sus deseos pecaminosos de una manera clínica y legalista. No soy un gran admirador de C. G. Jung, pero él y otros psicólogos han señalado válidamente que al reprimir nuestros sentimientos destructivos, podemos terminar creando un yo "encubierto", una especie de fuerza negativa dentro de nosotros, que a veces explota. Un ejemplo sería el cristiano muy autocontrolado que a veces da rienda suelta a su agresividad  gritando su mal genio contra su socio o  colaborador, por un asunto totalmente menor. Esos sentimientos reprimidos no desaparecen simplemente porque están reprimidos; pueden conducir a cualquier cosa desde úlceras estomacales hasta el odio por sí mismo (8). Esta represión del mal dentro de la persona se relaciona con la negación o represión de nuestro reconocimiento de la enorme cantidad de mal que hay en el mundo, y esto lo pueden hacer fácilmente aquellos que simplemente trasladan la culpa de todo a algún Satanás sobrehumano. Solzhenitsyn reflexionó muchísimo sobre esto, concluyendo que: "Al guardar silencio sobre el mal, al sepultarlo tan profundamente dentro de nosotros que ninguna señal de él aparece en la superficie, estamos implantándolo, y resurgirá miles de veces en el futuro" (9). Tiene que haber otra forma, que Neumann llama la "nueva ética" que se requiere para este reconocimiento. Planteo que esta "otra forma" incluya una total sumisión al Señor Jesucristo como nuestro Señor y Maestro personal, y al bautizarnos por inmersión en él, creamos y actuemos como si estuviésemos "en Cristo", con su justicia y personalidad sumadas a nuestra cuenta en lo que el Nuevo Testamento llama "justicia imputada". Nuestra auto-percepción cambia, de modo que aunque pequemos, nos percibimos a sí mismo que estamos "en Cristo", actuando cómo él actuaba, pensando como él pensaba. Pablo habla en Romanos 7 de su penoso fracaso en el autocontrol  y represión del pecado, explicando que simplemente no podía reprimir lo que era malo porque era demasiado fuerte... y prosigue en Romanos 8 donde agradece a Dios que la vía de escape fuera por medio de estar "en  Cristo" y de tener la mente / espíritu / personalidad residente del Señor Jesús. Y todo esto está en el contexto de su llamado en Romanos 6 para que nosotros entendamos al bautismo como una entrega de nosotros mismos a Cristo personalmente, "crucificado[s] juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado. Porque el que ha muerto, ha sido justificado [liberado] del pecado... Así también vosotros consideraos  muertos al pecado... pero vivos para Dios en  Cristo... Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros... y liberados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia... Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios, tenéis por vuestro fruto la santificación, y  como fin, la vida eterna".  

He hablado repetidamente del tema del origen fundamental del pecado y del mal, y de la lucha humana interna que es necesario en contra de ellos. Sea como fuere, relevante, importante, verdadero y necesario. Pero el hecho básico es que en la crucifixión del Señor Jesucristo, "el Diablo", el pecado, el mal en todas sus formas y de dondequiera que venga o haya venido, fue vencido, fue derrotado (Hebreos 2:14-18). La expiación que se logró por medio de su muerte, no fue una simple transacción abstracta; no fue una teoría, sino una vida real vivida gloriosamente, y una muerte victoriosa que fue justificada en una resurrección igualmente real. Significa que Ud. personalmente y yo mismo quedamos finalmente libres del poder del mal, del pecado y de la muerte misma. El camino quedó abierto al verdadero, significativo y sincero perdón, y a la esperanza en  la eternidad en  un reino eterno cuando el mal sea finalmente abolido. Enfrentados con estas realidades, el lenguaje empieza a perder su poder y significado para nosotros; todo otro comentario es pasar de lo sublime a lo común. La única respuesta no es tanto la simple adopción de otra teoría, un entendimiento intelectual levemente cambiado, sino finalmente una vida vivida en agradecida respuesta.

 

Notes

 

(1) Véase Plutarch, Oracles in Decline in D. Russell, ed., Plutarch: Selected Essays and Dialogues (Oxford: O.U.P., 1993).

 

(2) P.G. Bolt, “Jesus, The Daimons and The Dead”, in The Unseen World, ed. A.N. Lane (Exeter: Paternoster, 1996).

 

(3) Elaine Pagels, Adam, Eve, and the Serpent (New York: Random House, 1989) xxiii.

 

(4) Augustine, City of God, traducido por Marcus Dods (New York: Random House, 1950) p. 867. Otros ejemplos de esta  idea que fueron enseñados por los "padres" se pueden hallar en  J.B. Russell, A History of Heaven (Princeton: Princeton University Press, 1997) p. 85.

 

(5) Jonathan Israel, The Dutch Republic (Oxford: O.U.P., 1998) p. 930.

 

(6) Andrew Delbanco, The Death of Satan: How Americans Have Lost the Sense of Evil (New York: Farrar, 1995).

 

(7) Ben Witherington, The Paul Quest (Leicester: I.V.P., 1998) p. 202.

 

(8) Este fenómeno ha sido descrito y analizado por muchos escritores, especialmente por el sobreviviente de un campo de concentración, Viktor Frankl, Mans Search For Meaning (New York: Simon & Schuster, 1963); Erich Neumann, Depth Psychology andthe New Ethic (New York: HarperCollins, 1973); Antonio Moreno, Jung, Gods and Modern Man (Notre Dame: University of Notre Dame Press, 1970)

especially p. 41.

 

(9) Alexander Solzhenitsyn, The Gulag Archipelago (New York: Monad Press, 1974) p. 178.

 

 
 
'EL VERDADERO DIABLO'