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¿Qué Es El Evangelio?

 

EL VERDADERO DIABLO Una Exploración Bíblica

Libro completo en formato PDF

 

correo electrónico del autor, Duncan Heaster

 

Contenido
Prólogo (porTed Russell)
Introducción
Capítulo 1 - La Historia de una Idea
1-1 Una Historia del Diablo y Satanás en Tiempos del Antiguo Testamento
Digresión 1 - Deconstrucción
1-1-1 Israel en el Exilio: La Influencia Babilonia / Persa
1-1-2 La Influencia Griega
1-2    El Diablo en el Nuevo Testamento
1-2-1 Satanás en el Pensamiento de Justino Mártir
1-2-2 Satanás en el Pensamiento de Ireneo y Tertuliano
1-2-3 Satanás en el Pensamiento de Clemente y Orígenes
1-2-4 Satanás en el Pensamiento de Lactancio y Atanasio
1-2-5 Satanás en el Pensamiento de Agustín
1-3    Satanás en la Edad Media
1-4    Satanás Desde la Reforma en Adelante
1-4-1 Satanás en el Paraíso Perdido
1-5    Los Objetores
1-6    El Diablo y Satanás en el Pensamiento Reciente

Capítulo 2 - Algunas Enseñanzas Básicas de la Biblia
2-1 Ángeles
Digresión 2 - Judas y el Libro de Enoc
2-2 El Origen del Pecado y del Mal
Digresión 3 Romanos y la Sabiduría de Salomón
Digresión 4 La Intención y Contexto de Génesis
2-3 Satanás y el Diablo
2-4 El Satanás Judaico
2-5 El Infierno
Digresión 5 Cristo y los "Espíritus Encarcelados"

Capítulo 3 - Algunas Implicaciones Prácticas

3-1 Algunas Implicaciones Prácticas
3-1-1 "Ser de mente espiritual"
3-2 Las Preguntas Difíciles

Capítulo 4 - Demonios
4-1 El Diablo, Satanás y los Demonios
4-2 Los demonios y los Ídolos
4-2-1 La Teología Cananea Hecha añicos
4-2-2 Caso de Estudio: Resef
4-2-3 Caso de Estudio: Los Dioses de Egipto
Digresión 6 - "También los demonios creen y tiemblan" (Santiago 2:19)
4-3 Los Demonios y las Enfermedades
4-3-1 Legión y los Gadarenos
4-3-2 Exorcismo de Demonios
4-4 El Lenguaje de la Época
4-5 Dios Adopta una Perspectiva Humana
Digresión 7 - El Estilo de Enseñanza de Jesús
4-6 ¿Por qué Jesús no Corrigió a la Gente?
4-7 La Psicología de la Creencia en Demonios

Capítulo 5 - Un Examen de los Pasajes Específicos de la Biblia que Mencionan al Diablo y a Satanás
5-1 Prólogo: Pasajes de la Biblia Malentendidos
5-2 La Serpiente en Edén - Génesis 3:4-5
5-3 Los Hijos de Dios y las Hijas de los Hombres - Génesis 6:2-4
5-4 El Satanás de Job - Job 1:6
5-4-1 El Satanás de Job: ¿Un Correligionario?

5-4-2 El Satanás de Job: ¿Un Ángel Satánico?
5-4-3 Deconstrucción  del Mito Satánico en Job
5-5    Lucifer, Rey de Babilonia - Isaías 14:12-14
5-6    El Querubín Grande - Ezequiel 28:13-15
5-7    Zacarías 3
5-8   La Tentación de Jesús - Mateo 4:1-11

5-8-1 Jesús en el Desierto: Un Estudio del Lenguaje y de la Naturaleza de la Tentación
5-8-2 Las Tentaciones en el Desierto: Una Ventana a la Mente de Jesús
5-9    Los Espíritus Inmundos - Mateo 12:43-45
5-10  El Diablo y sus Ángeles - Mateo 25:41
5-11  El Diablo Quita la Palabra - Marcos 4:15
5-12  Satanás Como un Rayo - Lucas 10:18
5-13  Satanás Entró en Judas - Lucas 22:3
5-14  Pedro y Satanás - Lucas 22:31
5-15  Vuestro Padre el Diablo - Juan 8:44
5-16  Oprimidos por el Diablo - Hechos 13:10
5-17  Hijo del Diablo - Hechos 13:10
5-18  El Poder de Satanás - Hechos 26:18
5-19  Entregado a Satanás - 1 Corintios 5:5
5-20  El Dios de Este Mundo - 2 Corintios 4:4
"El Príncipe de Este Mundo" - (Juan 12:31; 14:30; 16:11)

5-21  Un Ángel de Luz - 2 Corintios 11:13-15
5-22  El Mensajero de Satanás - 2 Corintios 12:7
5-23  El Príncipe del Aire - Efesios 2:1-3
5-24  Dando Lugar al Diablo - Efesios 4:26-27
5-25  Las Asechanzas del Diablo - Efesios 6:11
5-26  El Lazo del Diablo - 1 Timoteo 3:6-7; 2 Timoteo 2:26
5-27  Se han Apartado en pos de Satanás - 1 Timoteo 5:14-15
5-28  Resistid al Diablo - Santiago 4:7; 1 Pedro 5:8
5-29  Prisiones de Oscuridad - 2 Pedro 2:4; Judas 6
5-30  El Cuerpo de Moisés - Judas 9
5-31  La Sinagoga de Satanás - Apocalipsis 2:9-10, 13, 24
5-32  Miguel y el Gran Dragón - Apocalipsis 12:7-9
5-33 El Diablo y Satanás Atados - Apocalipsis 20:2, 7, 10
Digresión 8: "El Hombre de Pecado"
La Bestia y el Hombre de Pecado
El Anticristo en Daniel

Capítulo 6 - Algunas Conclusiones
6-1  Algunas Conclusiones
Digresión 9 - El Sufrimiento (Bev Russell)

 

5-4-3  La Deconstrucción del Mito de "Satanás" en Job

Me parece irónico que la mención de Satanás en los primeros capítulos de Job se haya leído a la ligera, como evidencia para el concepto popular acerca de Satanás como un ser maligno en oposición a Dios. Por medio de una lectura más cuidadosa, especialmente en  un contexto de los mitos cananeos y babilónicos acerca de Satanás, se hace evidente que un propósito del libro es deconstruir el mito de una figura satánica maligna. El poema épico demuestra que Dios es todopoderoso, la fuente máxima de calamidades, y sin embargo labora por medio de esto para la bendición feliz máxima de sus hijos.

Se ha observado correctamente que no leemos sobre "Satanás" después del prólogo del libro de Job. En cambio, sólo leemos que de que Dios trae las aflicciones a la vida de Job. Pero los amigos, y Job mismo, se esfuerzan por explicar esas aflicciones en  relación con las ideas vigentes en el  mundo circundante. Esto puede  no ser evidente de inmediato, porque el hebreo de Job es notoriamente difícil de traducir. Pero una atención más cuidadosa al texto revela que hay reiterada mención de los diversos seres y fuerzas del  mal, que se pensaba que estaban en competencia con Dios. Parece que la historia de Job se originó muy a principios de la historia bíblica, en tiempos de los patriarcas. Y sin embargo, el libro tiene muchas conexiones con la última parte de Isaías; tan sólo eche un vistazo a las referencias cruzadas marginales en Job, y vea con qué frecuencia se hace referencia a los últimos capítulos de Isaías. Mi sugerencia es que el libro fue re-escrito y editado (bajo inspiración divina) durante el cautiverio en Babilonia, como un mensaje especialmente relevante para los exiliados judíos mientras éstos luchaban con la tentación de aceptar las explicaciones mitológicas babilónicas del mal. Esto explicaría las alusiones a las creencias de tanto los primeros cananeos como los últimos babilonios respecto a la figura de Satanás. Y nosotros recordamos de Isaías 45:5-7 cómo el Dios de Israel se esforzaba por hacer que los exiliados no olvidaran su omnipotencia, que él es el único Dios y fuente de poder en la creación, y que tanto el bien como el desastre, la luz como las tinieblas, son finalmente su creación; y lo mitos de los gentiles circundantes acerca de estas cosas estaban totalmente equivocados. Éste es en realidad el tema del libro de Job. Susan Garrett señala cómo las creencias babilónicas sobre un cosmos dualista, en el que Dios crea el bien y la figura de Satanás crea el mal, empezaron a influir en el pensamiento judío. Ella comparte  mi idea de que el propósito del libro de Job era contrarrestar esto: "La historia de Job ponía freno a la escalada en el poder y autoridad que se atribuían a la figura de Satanás, por las reiteradas e inequívocas afirmaciones en Job 1-2 de que Satanás había obtenido de nada menos que Dios la autoridad para probar a Job (1).  

Las referencias a seres "satánicos" y mitos relacionados en el libro de Job están ahí a fin de finalmente deconstruirlas como falsas, y reiterar la absoluta omnipotencia de Yahvéh como la única fuente de poder, el único Dios. Y esto, por supuesto, esperaríamos de un libro inspirado de Dios, el Antiguo Testamento. Críticos literarios han sugerido que el prólogo que menciona a Satanás (Job, capítulos 1 y 2) y el epílogo (Job 42:7-17) se escribieron probablemente antes de los discursos poéticos; parecen ser "una revisión israelita de un antiguo poema épico cananeo o edomita que expresa  sus puntos de vista sobre el antiquísimo problema del mal" (2). De este modo, se alude a esas ideas y se deconstruyen; a Dios se le presenta como todopoderoso, y a las creencias del Satanás como falsas.

Job es poesía, y la poesía se desarrolla usando palabras e imágenes familiares de nuevas formas. De ahí que se pueda aludir a los mitos y usarlos pero para presentarlos en un  contexto diferente y para llegar a una conclusión de manera más poderosa más bien que enunciarla sin rodeos; es decir, que Yahvéh es todopoderoso y que en realidad  no hay realidades permanentes detrás de los mitos. La poesía es un medio apropiado por cuyo medio articular el mensaje. "El engañado y el que engaña son suyos" es poesía que incluso sobrevive de algún modo en la traducción (Job 12:16). La expectativa es que el engañador sea Satanás; y que Dios esté con el engañado o sea comprensivo con él. Pero no. Semejantes expectativas dualistas están concebidas, pero demolidas al final de la estrofa: tanto el engañado como el engañador son de Dios. Porque no hay un cosmos dualista allá afuera.  

La Corte del Cielo

 

El prólogo se inicia con la corte del cielo. Yo he sugerido anteriormente que la figura de "Satanás" no es en sí mima maligna, pero podría referirse a un ángel [uno bueno, ya que yo sostengo que no hay ángeles "pecadores", o un ángel representativo de un compañero de fe en la tierra. Los debates en el cielo entre los ángeles, la voluntad de Dios tal como se expresa allí, se refleja y se lleva a cabo entonces en la tierra; y no como en Daniel 1-6 donde tenemos acontecimientos en la tierra descritos desde el punto de vista histórico, y luego se nos da una idea en Daniel 7-12 respecto a lo que ha estado ocurriendo  en el cielo.  No obstante, el lenguaje judicial / legal continúa por todo el libro; por ej., Job es "perfecto", es decir, legalmente sin culpa. Job apela a "testigos" (Job 9:33-35; 16:18-22; 19:20-27), un abogado en el cielo (Job 9:33) niega su culpabilidad y demanda una lista legal de sus pecados (Job 13:19), él desea que Dios venga al juicio (Job 9:3), y de este modo a Job se le describe como un hombre que ha presentado un "caso" convincente para Dios (Job 23:4; 40:2). Job 29:31 es efectivamente una declaración de Job de inocencia legal y una apelación a Dios para que oiga su caso de manera más compasiva (Job 31:35). Y, por supuesto, Dios pronuncia un veredicto legal definitivo al término mismo (Job 42:7), en respuesta a la petición anterior de Job: "Sin dormir espero su respuesta" (Job 16:22). Es como si toda la experiencia de Job fuera (al menos, parcialmente) con el propósito de poner a prueba las teorías cananeas acerca de "Satanás", del sufrimiento y del mal en la corte del cielo. Los amigos representan la idea tradicional del mal, y a menudo hacen referencia a los mitos de su época respecto a la figura de "Satanás". Hablan como si ellos fueran la corte final; Elifaz habla de cómo los jueces y ancianos de su época, los "santos", habían  concluido que Job era culpable, y que ellos, los amigos, tenían razón: "¿A cuál de los santos te volverás? [¿lenguaje legal?]… He aquí lo que hemos [legalmente] inquirido, lo cual [la culpabilidad de Job] es así" (Job 5:1, 27). Esto es de gran consuelo para aquellos que se sienten mal juzgados por los hombres; arriba de ellos en el cielo, la corte celestial final está  considerando nuestro caso, y eso es todo lo que importa. Quizás Job percibió esto, aun cuando la visión de la corte del cielo en los capítulos 1 y 2 era presumiblemente desconocida para él mientras soportaba sus sufrimientos; por cuanto en respuesta al juicio equivocado de los amigos sobre él, Job comenta que: "Él [Dios] cubre el rostro de sus jueces" (Job 9:24). La recapitulación final de los discursos, tanto de Dios  como de Job, simplemente hace hincapié en la omnipotencia de Dios; cómo finalmente él ha sido el adversario de Job, y no hay cabida en el  cosmos de su creación para ningún otro poder, mucho menos ninguna de las diversas figuras de un "Satanás" personal en el que  creían los mundos tanto de Canaán como de Babilonia. La corte celestial de los "hijos de Dios" tiene paralelo con todas las estrellas en Job 38:7. Tenga presente que se entendía que las estrellas eran deidades paganas. El entendimiento pagano  completo se está deconstruyendo. Las estrellas hacen paralelo con los hijos angélicos de Dios, los  cuales están todos  bajo el control de Dios; ellos constituyen su corte celestial.

El lenguaje legal del libro de Job tiene implicaciones de largo alcance. Hemos notado las muchas conexiones que hay entre Job y la última parte de Isaías, donde de nuevo queda la impresión de "Dios en el banquillo de los acusados", un juicio cósmico a la verdad. A los dioses de las naciones se les invita a presentar sus mejores casos, a demostrar su realidad en contra de las afirmaciones de Yahvéh, el Dios de Israel, de ser el único Dios verdadero. En este juicio, el siervo sufriente es el testigo que usó Dios. Y, a su vez, esto es la base para el mismo proceso en el evangelio de Juan, donde el testigo es el Señor Jesús, y, por extensión, todos aquellos que estén en él (3). En efecto, parece haber siete testigos en Juan: Juan el Bautista (Juan 1:7), Jesús mismo (Juan 3:11), la mujer samaritana (Juan 4:39), Dios mismo (Juan 5:32), los milagros (Juan 5:36), el Antiguo Testamento (Juan 5:39) y la  multitud (Juan 12:17). Juan presenta la cruz como el veredicto decisivo, relacionándolo con un veredicto similar pronunciado en Isaías, el cual a su vez tiene como su base el veredicto final de Yahvéh en apoyo de Job y en contra de las creencias de los amigos en los diversos dioses "satánicos" de Canaán y Babilonia.

Leviatán y Behemot

 
Estas figuras monstruosas aparecen al final del libro de Job, formando una especie de inclusión en la referencia inicial a Satanás; y son claramente parte de la respuesta final de Dios al "caso" de Job. Beh-mot se puede entender como una referencia a Mot, el dios cananeo de la muerte; y Leviatán parece ser la versión cananea de la figura tradicional de Satanás, quizás una referencia al  "Lotan" de los mitos ugaríticos. En gran detalle, estas figuras son deconstruidas. Se muestra que son seres creados, creados por el único Dios todopoderoso del Antiguo Testamento, para quedar completamente bajo su control hasta el punto que él incluso puede fastidiarlos, así de inmensamente mayor es su poder sobre el de ellos. De este modo se muestra que estas figuras cananeas de "Satanás"  no tienen ninguna existencia significativa, y ciertamente no existen como opositores a Dios. Se hallan totalmente bajo su control. Y sin embargo estas figuras monstruosas tienen claramente características que comparten conocidos animales, tales como el hipopótamo, el cocodrilo, etc. Esas similitudes tienen su propósito. Se ha observado atinadamente que: "Decir que Leviatán tiene características del cocodrilo y de la ballena no es decir que él es dicha criatura, sino más bien sugerir que el mal está arraigado en el mundo natural" (4); y el tema está muy bien elaborado en Job de que el mundo natural es de completa creación de  Dios. "El  mal" en una forma independiente de él, en radical oposición a él, simplemente no existe. Es él quien no sólo creó a Behemot, sino que  puede, sin esfuerzo alguno, controlarlo de conformidad con su propósito (Job 40:15). Ese es el consuelo del mensaje. En efecto, las descripciones del mundo natural que conducen a los pasajes sobre el Leviatán / Behemot están  allí para reforzar esta idea; y es interesante que esos pasajes se enfocan en las crueldades e incluso brutalidades que hay en la naturaleza. Sin embargo, estos son  todos el designio y creación final de Dios, y se hallan bajo su control providencial. Job ya había percibido esto desde antes; porque responde a las alusiones de los amigos a una figura "satánica" maligna como la fuente de su sufrimiento, diciéndoles: "Pregunta ahora a las bestias... a las aves de los cielos... [ellas mostrarán que] la mano de Jehová [y no ningún "Satanás" sobrenatural] lo hizo" (Job 12:7-9). Ginzberg demuestra que los judíos veían al monstruo "Rahab" y a Leviatán como la misma entidad (5). Y Job recalca dos veces que Yahvéh es infinitamente mayor que Rahab. Cuando Dios empieza a hablar de Leviatán, él está, por  consiguiente, confirmando la verdad de lo que Job había dicho anteriormente respecto a su poder sobre Rahab / Leviatán. El contexto del comentario de Job era responder a las teorías de los amigos; y Dios está, por decirlo así, confirmando que la deconstrucción de las teorías de ellos sobre "Satanás" era correcta. Las mismas palabras hebreas se usan en relación con Dios cuando ata y desata las estrellas (que se pensaba que controlan el mal que hay en la tierra) y cuando ata, desata y abre las fauces de Leviatán (Job 38:31 comp. Job 40:29). Si Leviatán / una figura de "Satanás" / o las malas estrellas son reales o no... Dios tiene absoluto control de ellos, y de este modo no hay conflicto, ni una gran batalla en el cielo, ni un dualismo final en absoluto en el cosmos. Que es justo el mensaje que esperaríamos de un libro monoteísta como el Antiguo Testamento. El Dios de Israel es verdaderamente el Todopoderoso. Tal como a Job se le describe como "siervo" de Dios (Job 1:8), así también a Leviatán (Job 40:28; 41:4). No hay ningún poder maligno, fuera del control de Dios, afectando la vida de Job. También es necesario que le demos debido peso al hecho de que Dios expresa los pasajes de Leviatán / Behemot "desde la tempestad", la cual se había estado formando desde Job 37:2. Esto es significativo porque las tormentas eran consideradas como manifestaciones de los poderes malignos. Sin embargo aquí (y en otro lugar  de la Escritura),  el único Dios verdadero habla desde tales tormentas para demostrar que él es extremadamente mayor que cualquier dios de la tormenta; y mostrando por implicación que semejantes dioses de la tormenta no existen, y el "mal" que supuestamente provenía de ellos estaba de hecho bajo su control.

Gran parte del lenguaje  que se  usa en relación con Leviatán y Behemot se usa también respecto a la manifestación de Dios de sí mismo.

 

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Leviatán                                                                     Dios

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Humo de su nariz, llama                                              Salmos 18:8 idéntico
de la boca (Job 41:11,12)

Fuerza delante y  consternación                                  Mortandad delante y plaga
detrás  (Hab. 3:5)                                                        detrás (Job 41:14 Heb.)


Los fuertes  y los líderes                                              La tierra se conmueve (Salmos 18:7);
se encogen de temor  (Job 41:17 Heb.)                      los montes tiemblan (Hab. 3:6)                                                                                                                                                                                     El océano está agitado (Job 41:23, 24 Heb.)                El océano se pone de manifiesto
(Salmos 18:5)

 

Dientes terribles                                                                             Job sentía que Dios rechinabasus  
dientes contra él  (Job 16:9)

El aliento lleva lejos a los hombres                              El aliento de la boca de Dios llevará         
lejos a los inicuos  (Job 15:30)

No hay en la tierra quien se le parezca  (Job 41:33)    Finalmente, sólo Dios es verdadero  
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Leviatán es llamado el "cruel" (Job 41:10); y la misma palabra usa Job para referirse a Dios que lo está afligiendo, en Job 30:21. Leviatán, el aparentemente dominante poder del mal en el mundo, es en realidad una manifestación de Dios en un grado tan intenso que efectivamente "es" Dios; Finalmente, Dios es el adversario / Satanás de Job. El epílogo y el prólogo del libro de Job están evidentemente relacionados. Job empieza sentado en medio de polvo y ceniza, y termina arrepintiéndose en polvo y ceniza (Job 2:8; 42:4). El silencio de los amigos en la apertura del libro se compara con el silencio después de que Dios ha hablado finalmente (Job 40:4). Job intercede por sus hijos (Job 1:5) y termina intercediendo por sus amigos. Job comienza con la descripción de que él es el siervo de Yahvéh; y el libro concluye en el mismo tono (Job 42:7, 8). Por supuesto, la pregunta es: 'Entonces, ¿cuál es el equivalente a la figura de Satanás en el epílogo?'. La omisión es deliberada y obvia. Finalmente, la respuesta es la esencia de todo el libro: el "Satanás", el adversario, no es otro que Dios mismo, a causa de su amor. 

El Contexto de la Cautividad

 

En Job hay varias alusiones a las leyendas babilónicas referente a Marduk, que indican que el libro se debe haber re-escrito en Babilonia con alusión a estas leyendas. De este modo, el Enuma Elish 4.139,140 habla de cómo Marduk limitó las aguas de Tiamat, y colocó una barra y vigilantes de  manera que las aguas no pasaran más allá de lo que él permitía. Pero este mismo lenguaje se aplica a Dios en Job 7:12 y Job 38:8-11. Uno de los propósitos de Job era inculcar en Judá que Yahvéh era mayor que Marduk; él y no Marduk había de ser el Dios de Israel.

De paso, es significativo que dragones en forma de serpientes fuesen comunes en la teología babilónica. Figuras en jarrones muestran grifos serpientes; había uno en el templo de Marduk en Nippur, y también en la puerta Ishtar en  Babilonia. Estos deben haber sido familiar para Judá en la  cautividad babilónica, y hemos sugerido que el libro de Job fue editado allí, bajo inspiración, para beneficio de ellos. Bien pueden haber visto una similitud entre los monstruos babilónicos y las bestias Leviatán / Behemot. Que Dios es más poderoso que Leviatán y puede hacer lo que quiera con él habría tenido, por lo tanto, un significado especial para los fieles judíos que se hallaban en exilio. En un contexto de restauración, Isaías  consoló a Judá de que Dios destruiría a "Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará al dragón que está en el mar" (Isaías 27:1). El verdadero "monstruo" que enfrentó Judá en el exilio no era un ser sobrenatural; era un reino concreto de hombres en la tierra, a saber, Babilonia. Dios enseñó a Job, y por medio de él dio a conocer al mundo observante que todas esas imaginaciones acerca de Leviatán, monstruos en el mar embravecido, serpientes tortuosas, etc., eran vanas; en todo caso, Dios los había creado y los usaba para hacer su  voluntad con su pueblo, simbolizados  como estaban por Job. Él, sentado sobre polvo y cenizas es considerablemente el retrato de Judá sentado a la orilla de los ríos de Babilonia, llorando sus pérdidas. El lenguaje de la cautividad de Job que fue "quitada" (Job 42:10) es el mismo término que se usa en la liberación de Judá de Babilonia (Jeremías 29:14; Salmos 126:4).

Otras Referencias a las Ideas Cananeas / Babilónicas Sobre "Satanás"

 

Se entendía que el mar era la morada de monstruos malignos. No obstante, Job recalca que Dios está en control del mar embravecido. Tan sólo busque todas las referencias sobre el mar en Job (6). Dios simplemente afirma haber creado el mar (Job 38:8-11). En el panteón cananeo, Baal era visto también enfrentado en conflicto con Yam, el dios del mar. Pero Dios hace hincapié en que él creó al mar, lo confinó dentro de límites, cuando, irrumpiendo, salió del vientre (Job 38:8). En el mito cananeo Aquhat [otra figura de Satanás en su teología] sólo podía "contar los meses" (7), pero la misma frase se usa en Job 39:2 respecto a que sólo Dios tiene este poder. Tal como Dios "cercó" a Job (Job 1:10), así él pudo cercar al mar, con todo el mal que se relaciona  con  ello  (Job 38:8). Por cuanto, en la creación él había mandado a las aguas adónde tenían que ir y ellas le obedecieron. El punto es que Dios usa la poesía para reformular estros mitos paganos en el contexto de su omnipotencia, para mostrar que su impresionante poder significa que no hay cabida alguna para la existencia de estos supuestos seres. Es digno de mencionar que muchas veces la Biblia habla del poder de Dios sobre los embravecidos mares; por cuanto el mar estaba tan íntimamente relacionado con el mal en la mente de los pueblos semitas (por ej., Salmos 77:19; 93:4 y el hecho de que tres de los evangelios destacan que Jesús caminó sobre el embravecido mar --Mateo 8:23-27; Marcos 4:36-41; Lucas 8:22-25-- "¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?").

Mot conquistó temporalmente a Baal, y el poema ugarítico sobre su conflicto que se encontró en los textos de Ras Shamra habla de cómo Baal fue hecho un  "esclavo para siempre" (8). Este mismo lenguaje se toma en Job 41:4, donde Dios se burla de que de ninguna manera él llegaría a ser un "siervo perpetuo". La alusión muestra que el único Dios verdadero no es Baal en absoluto. A diferencia de Baal, él no está en  conflicto con Mot ni con nadie. Anath, la hermana de Baal, puso un bozal a un dragón con mucha dificultad; pero Yahvéh puso un bozal a Leviatán y luego se divirtió con él (Job 41:1, 5). El poema desafía a Baal a que "atraviese a Lotan la serpiente, que destruya a la serpiente / tirano de siete cabezas" (9). Sin embargo, este es exactamente el lenguaje que se recoge en Isaías 27:1: "En aquel día Yahvéh castigará con su espada dura, grande y fuerte a Leviatán, la serpiente escurridiza, a Leviatán, la serpiente tortuosa; y matará al dragón". La absoluta supremacía de Yahvéh sobre cualquier otro dios es tan inmensa que hace que todas las ideas de un conflicto  cósmico sean simplemente risibles. También la frase   de Salmos 92:10, "He aquí tus enemigos, oh Yahvéh, porque he aquí, perecerán tus enemigos; serán esparcidos todos los que hacen maldad", alude a Parte 3, líneas 8 y 9 del poema sobre el conflicto Mot-Baal: "He aquí tus enemigos, oh Baal, he aquí tus enemigos te traspasarán, he aquí, tú destruirás a tus adversarios" (10). Note también que los enemigos de Baal, es decir, Mot y los demonios del inframundo, hacen paralelo con "los que  hacen maldad". El verdadero tema es los pecadores humanos, no los demonios. 

La Teología de Job

Significativamente, son los amigos los que hacen alusión a las figuras de Satanás  y a los dioses como si fueran reales, mientras que Job en sus respuestas siempre niega que sean reales y ve a Dios como la fuente directa de sus sufrimientos. Bildad dice que los padecimientos de Job se relacionan con "el rey de los espantos" (Job 18:14); Elifaz culpa a "los hijos de Resef" (Job 5:7 Biblia de Jerusalén,  margen); pero la respuesta de Job es que la fuente del mal en su vida es Dios y ningún otro ser. Elifaz dice ahí que el problema del hombre viene tal "como levantan el vuelo los hijos de Resef" (Job 5:7). Resef era  conocido como "el señor de las flechas" y las tablillas ugaríticas lo asocian con la arquería (11). Por lo tanto, estaríamos justificados al leer aquí en un elipsis: el problema del hombre viene tal  "como levantan el vuelo [las flechas de] los hijos de Resef". La respuesta de Job es: "Las saetas del Todopoderoso están en mí" (Job 6:4), y lamenta que Dios sea un arquero que lo use como su blanco de práctica (Job  7:20; 16:12, 13). Job rehúsa aceptar la explicación de Elifaz que él, Job, es una víctima de las flechas de Resef. Para Job, si Dios es "el Todopoderoso", entonces  no hay cabida para Resef. Cada golpe que recibía, cada herida de flecha, provenía de Dios, no de Resef.    

Job hace el asombroso comentario: "Aunque él me matare, en él esperaré" (Job 13:15). El lenguaje acerca de "matar" nos remonta a los mandamientos mosaicos en que el que "mata" a un hombre sería muerto por "el vengador de la sangre". Job veía a Dios como si fuera a quitarle la vida; pero también ve a Dios como el "testigo" en la causa (Job 16:19) y como el vengador de su sangre (Job 19:25). Job incluso pide a Dios que no permita que la tierra cubra su sangre, de manera que Dios como vengador de la sangre de Job pueda vengar su muerte (Job 16:18). Job no ve a "Satanás" como su matador y a Dios como el vengador de su sangre. En cambio Job --en un impresionante conjunto de asociaciones-- ve a Dios en todas estas cosas: el matador, el testigo legal del matador, el vengador de la sangre, y el Único que pondrá en vigor la acción de la justicia en este caso, el Único que no permitirá que la tierra cubra la sangre de Job. Si Job realmente hubiese creído en un Satanás sobrehumano, en Satanás como el malo y en Dios como el vengador de la injusticia, seguramente se habría expresada de manera diferente. Debido a que Job imagina a Dios  como si estuviese tomando venganza en su contra, él llegó a describir para siempre el camino de que el mal y el bien en verdad provienen finalmente de Dios.

El libro de Job comienza describiéndolo como un hombre apartado [la palabra hebrea se traduce también como "prescindir" y "rechazar"] del ra, del "mal". Michel entiende que ra aquí se refiere a "el mal o ne", el dios cananeo del mal, en el cual Job no creía y rechazaba (12). Job dice que los amigos que vinieron a lamentarse con él estaban "prestos para despertar a Leviatán" (Job 3:8); o, como también se puede traducir en alusión a los amigos, "a levantar su dolor" (véase la Versión Rey Santiago). Ellos pensaban que Leviatán, la figura de "Satanás" que ellos creían que era real, podía ser  culpable. Pero Job ve continuamente a Dios como la fuente final de lo que le había ocurrido a él, y entendía todo el asunto en el sentido de "cómo puede un hombre justificarse ante Dios", más bien que "cómo puede un hombre sacarse a Satanás de su espalda". Un pasaje clave es Job 9:24: "Si no es él, entonces ¿quién es?"; o, como lo expresa la versión G.N.B.: "Si  no lo hizo Dios, ¿quién lo hizo?". Después de todas las teorías sobre "¿quién es responsable de todo de este mal en la vida de Job?", Job concluye que simplemente la fuente tiene que ser Dios, y nadie más. Si él es verdaderamente todopoderoso, entonces finalmente, ¿quién más podría ser responsable? Job declara que "los seguidores de Rahab [una figura de Satán cananea] se inclinarán ante [Dios]" (Job 9:13), aludiendo claramente a los ayudantes de Tiamat en  el mito babilónico. "Sólo [Dios] extendió los cielos, y anda sobre la espalda de Yam", el mar, o monstruo marino (Job 9:8). Job creía que era Dios quien estaba procurando devorarlo en la muerte (Job 10:8 Heb.), seguramente aludiendo a Mot, el dios de la muerte, que se pensaba que tenía fauces que abarcaban toda la tierra y devoraba a las personas a su muerte en el inframundo. Pero Job rechazaba ese mito; él veía a Dios como el devorador, y a la muerte como un retorno al polvo, aunque con la esperanza de la resurrección corporal en el día final (Job 19:25-27). Quizás Job está también aludiendo a los mitos acerca de Mot cuando él habla de cómo "el Seol está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura" (Job 26:6); y en ese contexto habla como si Dios fuera el verdadero atacante y no, por lo tanto, Mot ni ningún otro ser semejante. Note también como Números 16:31-35 describe a Dios como si hubiese devorado a Coré, Datán y Abiram llevándolos a la muerte hacia el interior de la tierra; como para deconstruir la idea de que Mot hacía cosas como estas.

Job entendía que Dios tenía el control en el cielo; él rechaza la idea de que estuviese ocurriendo un conflicto cósmico "en lo alto", a lo cual los amigos parecían aludir. Más específicamente, Job habla de cómo las manos de Dios forman y pueden atravesar a la "serpiente tortuosa" y herir a cualquier monstruo (Job 26:11-14). Es como si Job estuviera burlándose de la idea de que Dios lo haya dejado caer en las manos de los monstruos cósmicos en los cuales creían los amigos. Por cuanto Job muy a menudo recalca que es la "mano de Dios" lo que ha traído sus aflicciones (Job 19:21; 23:2). Esa mano divina era mucho más poderosa que  cualquier mítica figura de "Satanás". El tema de este discurso en Job 28 es que sólo Yahvéh se ha de temer en todo el cosmos. Nadie más --como las figuras de "Satanás" que aludieron los amigos-- había que temer. 

Job entiende que es Dios quien envía el bien y el mal, la luz y las tinieblas, a su vida (Job 30:26). Significativamente, él declara su fe de que Dios incluso puso límites entre la luz y las tinieblas (Job 26:10); una idea similar en esencia a la confirmación de Isaías  45:5 de que Dios crea tanto la luz como las tinieblas. Sin embargo, las "tinieblas" que experimentamos y entendemos están enmarcadas y limitadas por Dios; no es un poder o ser con existencia independiente aparte del ámbito del poder de Dios. Dios confirma después el entendimiento de Job, cuando dice que es él quien puede envolver al mar [otra figura del mal incontrolable] en pañales de tinieblas (Job 38:9), como si dijera que es Dios quien da a las cosas como las tinieblas y el mar su siniestro aspecto y percepción para los hombres; pero él tiene el control de ellas usándolas en su mano. La idea de Job de que Dios fija límites para las tinieblas la reitera Dios diciendo que él pone límites al rugiente mar (Job 38:10 NIV). Dios controla el mal, o nuestra percepción de él (por ej., de que el mar es maligno), y él le establece límites, lo cual era exactamente lo que él hizo al poder de "Satanás" en el prólogo al libro de Job. Todas estas declaraciones de Dios respecto a su uso y al poder sobre cosas como las tinieblas y el mar, y sus percepciones  como independientes fuerzas del mal, son muy diferentes a las ideas cananeas y babilónicas sobre la creación. En ellas, dioses como Baal tenía que luchar contra Yam, el maligno dios del mar, con porras que le suministraron otras deidades; en la versión babilónica, Marduk tiene que armarse con diversas armas a fin de intentar conseguir supremacía sobre Tiamat (13). Pero Yahvéh, según se revela en el libro de Job, tiene total y absoluto poder sobre el mar [o monstruo marino] y [el supuesto dios de] las tinieblas; porque él creó el mar y las tinieblas y las usa creativamente para su propósito. Ese es todo el propósito de los muchos "pasajes naturales" en el libro de Job. Y el lenguaje de Génesis 1:9 es suficiente evidencia de su poder. Él pronuncia una palabra, y se crean la luz, las tinieblas y los mares; las aguas se reúnen obedientemente donde él les manda. Asimismo, Dios no se halla en ninguna batalla con Leviatán; más bien el monstruo es en  realidad su "juguete". (Salmos 104:26 dice lo  mismo).

Lo Que Aprendió Job

 

Para Job fue muy difícil aceptar que Dios y no una figura del "Satanás" popular era su adversario. Una  cosa es deducir de la Biblia que tanto el bien como el desastre provienen del Señor, como en Isaías 45:5-7. Pero, por supuesto, una muy distinta es aceptarlo en la vida real, y Job es un ejemplo inspirador. Job 16:9-14 es muy potente; la poesía habla del sobrecogedor e incluso airado reconocimiento de Job de que Dios es en efecto [en un sentido] su enemigo / adversario. "Aquí Job… identifica a Dios como su enemigo más bien que como su defensor. Desde su perspectiva, él es llevado a preguntarse si el Dios en  quien él confiaba no es en realidad su Satanás" (14). En Job 2:4-6 tenemos al "Satanás" comentando que era necesario  herir la carne y piel de Job, pero en Job 19:26 tenemos a Job declarando su fe de que aun cuando Dios destruya su carne y piel, Dios finalmente lo salvará.

He señalado que Job en todo momento rechaza las ideas promovidas por los amigos, el punto de vista de la sabiduría popular (especialmente recalcada por Bildad en Job 8:8-10), de que los diversos monstruos y figuras de un "Satanás" sobrenatural eran responsables de sus experiencias. Job empezó diciendo que nosotros recibimos de la mano de Dios tanto el bien como el mal (Job 2:10 comp. Isaías 45:5-7). Y termina diciendo lo mismo; que Yahvéh había traído el mal sobre él (Job 42:11). Reiteradamente él ve a Dios como la fuente de toda su aflicción. De ahí que Dios pueda decir  que Job había hablado de él lo que es correcto (Job 42:8). Pero vino a darse cuenta de la masiva extensión práctica de lo que él había conocido previamente en teoría, que "de oídas había oído". Ahora su ojo vio / percibió que ciertamente ningún plan de Dios puede ser frustrado por ninguno de los diversos monstruos "satánicos" imaginados por los hombres (Job 42:2). También nosotros podemos decir que creemos en la omnipotencia de Dios, pero semejante creencia hace necesario que desechemos toda creencia en figuras de "Satanás" sobrenatural. Y ese no es tan sólo un ejercicio intelectual; ver las tragedias y crueldades de nuestra vida  como un hecho que proviene finalmente de Dios y bajo su control es algo que  nos sacude hasta la médula. Dios casi bromea con Job de que él había estado tratando de sacar a Leviatán con un anzuelo (Job 41:1), y yo veo eso como un comentario referente a tantos intentos humanos por controlar la forma en que Dios es el adversario / figura de Satanás en nuestra vida. Descartarlo como producto del azar y mala suerte, creer en un Satanás personal en el mar o en el cielo, pensar que Dios nos está castigando... todo esto es  como tratar de capturar a Leviatán tan sólo con una caña de pescar. El libro de Job no es una explicación del sufrimiento humano específico; y muchos que acuden a ese libro buscando eso, salen decepcionados. Más bien es un relato del poder soberano de Dios, poniendo significado a la palabra "Todo-poderoso" cuando se aplica a Dios. A un nivel "doctrinal" es ciertamente una deconstrucción de las ideas acerca de figuras de un "Satanás" sobrenatural. Pero a un nivel más personal, nos desafía a seguir los pasos del fiel Job, tal como desafió a Judá en cautividad.

Notas

 

 (1) Susan Garrett, The Temptations of Jesus in Mark‟s Gospel (Grand Rapids: Eerdmans, 1998) p. 49.

(2) Douglas Wingeier, What About the Devil? A Study of Satan in the Bible and Christian Tradition (Nashville: Abingdon, 2006) p. 15. Más documentación sobre esto se puede hallar en The Interpreter's Bible, ed. George Buttrick, (Nashville: Abingdon, 1954) Vol. 3 pp. 878,879.

(3)  Expandido en  detalle en Andrew Lincoln, Truth on Trial: The Lawsuit Moti in the Fourth Gospel (Peabody: Hendrickson, 2000).

(4) Robert S. Fyall, Now My Eyes Have Seen You: Images of Creation and Evil in the Book of Job (Leicester: I.V.P. / Apollos, 2002) p. 27.

(5) L. Ginzberg, The Legends of the Jews (Philadelphia: Jewish Publication Society, 1909) Vol. 5 p.26.

(6) J. Day, God‟s Conflict with the Dragon and the Sea: Echoes of a Canaanite Myth in the Old Testament (Cambridge: C.U.P., 1985). El libro de Daniel hace quizás el mismo argumento; las bestias que salen del rugiente mar están todas  bajo el control de Dios y son parte de su propósito con Israel (Daniel 7:2).

(7) Robert S. Fyall, op cit p. 75.

(8) Umberto Cassuto, Biblical and Oriental Studies (Jerusalem: Magnes Press, 1975) Vol. 2 p. 6.

(9) Cassuto, ibíd. p. 7.

(10) Cassuto, ibid p. 8.

(11) William J. Fulco, The Canaanite God Resep (New Haven, CT: American Oriental Society, 1976).

(12) W.L. Michel, Job in the Light of Northwest Semitic (Rome: Bible Institute Press, 1987) Vol. 1 p. 29.

(13) S. Dalley, Myths From Mesopotomia: Vol. 4, The Epic of Creation (Oxford: O.U.P., 1989) pp. 251–255.

(14) J.E. Hartley, The Book of Job (Grand Rapids: Eerdmans, 1988) p. 302.

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'EL VERDADERO DIABLO'